El aprendizaje de otro idioma (distinto del propio, que nos resulta familiar) es una tarea compleja, pues debemos asignar a los objetos que ya tenemos identificados con nuestros símbolos lingüísticos, otros símbolos que nos son extraños.
Este nuevo idioma tendrá características propias, sintácticas y ortográficas, además de semánticas, que representarán un problema, pues el alumno tenderá aplicar las reglas gramaticales de su idioma, al nuevo. Sin embargo en este complejo mundo globalizado, aprender idiomas se hace una necesidad impostergable.
Es por eso que se recomienda comenzar cuanto antes con el aprendizaje de otra lengua, para que no resulte tan extraña, y no tenga el niño tan incorporados los elementos de la lengua propia, que le resulte mucho más difícil resignificar.
Se aprende por supuesto mucho más fácil el segundo idioma cuando por ejemplo una persona se muda de un país a otro que tiene otro idioma, pues aunque siga hablando el propio en el seno del hogar, se verá obligado a emplear el nuevo lenguaje en sus actividades sociales.